Medina Azahara, la ensoñación del Califa

Imagen Medina Azahara - Reconstrucción Inteligencia Artificial En las cimas que abrazaban Córdoba, la ensoñación del califa Abderraman III tomó vuelo. Deseaba erigir una ciudad que no solo fuera una cuna administrativa, sino un testimonio viviente de su grandeza. Así, entre los años 936 y 976, nació la maravilla de Medina Azahara, como si un cuento sacado de las mil y una noches fuera. En la terraza superior, que acariciaba las nubes, se entretejían los dominios privados de la familia real y las maquinarias administrativas que dirigían el fulgor del califato. Desde allí, el mundo se extendía como un tapiz inabarcable, teñido por la visión de un líder audaz. En las laderas inferiores, la ciudad desplegó sus encantos. Calles serpenteantes y bulliciosas, edificaciones que se elevaban con la gracia de la topografía circundante. La antigua canalización romana, testigo del tiempo, confería la esencia líquida a este oasis en el resplandor árido. Tres puentes majestuosos, como lazos mági...